lunes, 2 de julio de 2012


Hagamos entonces lo que el pueblo pide, acepta y se merece.


Hoy desperté, y sentí que era parte de una TV Novela o de algún Reality de muy poca calidad y contenido como los de Televisa (TV Azteca no se queda atrás).


La verdad duele, pero es eso: Verdad. Al pueblo de México lo que le interesa y compra es el entretenimiento; es fácilmente manipulable, especialmente mediante el miedo y reacciona con posturas anti-racionales que facilitan esa manipulación; prefiere vivir infeliz con una promesa de “felicidad eterna después de esta vida” en lugar de tener el valor y la determinación para ser feliz ahora mismo. Prefiere una promesa de ganarse una vida digna de manera fácil y con poco esfuerzo, a invertir primeramente su tiempo en desarrollarse como un ser humano integral. Prefiere alimentar sus creencias con las emociones y adrenalina que provoca el defender sus puntos de vista, en lugar de tener un diálogo abierto y basado en evidencias. Prefiere no conocer esas evidencias o descartarlas por anticipado, a atreverse a cambiar sus más arraigados puntos de vista sobre algo, o alguien. 


Creo que he entendido finalmente porqué, aún contando con una muy buena cantidad de resultados en mi desarrollo profesional, no me son totalmente satisfactorios. No he terminado de entender que al cliente hay qué darle lo que quiere.


Hagamos entonces lo que el pueblo pide, acepta y se merece.


Ahora el propósito es simple: ganar y acumular cuanto dinero sea posible, de todas y cada una de las maneras en que mi presidente casi electo y la historia de su partido han mostrado que se pueden hacer.


Gracias pueblo de México, por haberme ayudado a tener esta magnífica revelación personal.
Pd. No se trata de cosas buenas o malas, se trata de una simple cuestión de oferta y demanda.


Atentamente,


Paulo César Ramírez Silva