domingo, 24 de julio de 2011

Oportunidades para narcotraficantes y la sociedad

Por Paulo César Ramírez Silva. Julio de 2011.

En serio que no entiendo a los Narcotraficantes. No estoy tampoco en contra y si de verdad esa actividad representa un valor profundo para ellos entonces los respeto completamente.

Si el objetivo es ganar dinero, existen otras actividades que permiten ganar mucho, pero mucho más dinero, sin los riesgos que implica el narcotráfico. Tomemos por ejemplo a los grandes casos de emprendimiento de negocios de nuestros tiempos: las grandes fortunas de nuestra época (Bill Gates, Larry Page y Sergey Brin, Larry Ellison, Steve Jobs, Mark Zuckerberg, etc.) se han generado gracias a la creación de innovaciones tecnológicas que cambian las reglas de cómo los negocios y la sociedad trabajan, se comunican y en general viven. Estas personas además de ser inmensamente ricos controlan la información que mueve al planeta, son admirados, no hay quién los persiga más que por envidia y pueden tener una vida personal y en familia relativamente tranquilas.

Si el objetivo es ser poderosos, existen otras actividades que permiten tener mucho más poder. Manejar los medios de comunicación masiva (TV, Radio, Internet, Periódicos, etc.) genera más poder; las personas antes citadas tienen más poder (porque brindan la infraestructura y herramientas para que la comunicación suceda); un líder deportivo, social, del medio de entretenimiento o religioso realmente tienen más poder, porque son capaces de cambiar el comportamiento de millones de seguidores con tan sólo hacer uso de su ejemplo, o bien de su capacidad comunicadora.

Si el objetivo es ser respetados, la realidad es que una gran parte de la sociedad no los entiende y por ende no los respeta. Seguramente les tiene miedo, pero no respeto. La sociedad no comprende que tal vez en un inicio no había otra opción y que pasando el tiempo hubo una serie de factores que fueron causando estar más y más involucrado en esa actividad. La sociedad es otro fenómeno inexplicable: por un lado tienen el aparente deseo de vivir una vida tranquila y con la seguridad de que saliendo de casa a trabajar podrán regresar sin haber sufrido ningún accidente o violencia, pero en el otro lado de la moneda les encanta comprar las historias de tragedia, problemas y violencia que azotan al país y al mundo... Sin embargo, en el fondo el respeto se basa en el ser capaz de hacerse escuchar sin necesidad de forzar al otro a que lo haga; el ser capaz de vivir y dejar vivir a los demás, ganando él y haciendo ganar a los demás. Este es un reto intelectual y espiritual, no de armas ni violencia. Las personas que más han sido respetadas en la historia de la humanidad curiosamente no han requerido ni de armas ni de forzar a nadie. Cualquier imbécil puede disparar un arma, pero sólo un genio mental y espiritual puede cambiar la historia sin necesidad de ellas. Esto sí que es un reto.

Si el objetivo es tener una mejor calidad de vida, entonces la actividad que uno desarrolle debería al menos permitir gozar al mismo tiempo de salud física, mental y espiritual; tener tiempo y recursos tanto para trabajar en lo que a uno realmente le gusta como para estar con la familia, realizar los hobbies que más nos gustan, conocer personas y lugares, comprar cosas que nos gustan, etc. Creo que esto es calidad de vida... tener cierta edad y parecer que se tienen menos años; recibir comentarios como que con la pareja parecemos todavía novios aunque llevamos ya muchos años de casados; poder estar con nuestros hijos y ser parte de su desarrollo integral; y sobre todo, poder ser libre completamente, porque no existe ningún riesgo de que alguien nos esté buscando para hacernos daño o bien para llevarnos a la cárcel. Entonces, no entiendo porqué poner en riesgo todo lo anterior.

Si el objetivo es ser felices, ¿realmente lo son? En cada momento, en cada área de su vida, consigo mismos, con su familia, con su gente... ¿realmente lo son? Es decir, ¿viven un estado constante de tranquilidad mental y espiritual, en el que se experimentan inmensamente bendecidos y con la certeza total de que todo está y estará bien?
…..
Y así podría seguir enumerando más y más posibles objetivos y el porqué veo que existen otras maneras de lograrlos, que generan más resultados y con menos riesgos.

Viajando por mi país (México) me doy cuenta que hay talento, conozco aquí y allá jóvenes y otros no tan jóvenes que tienen la inquietud, conocimiento y potencial para convertirse en los nuevos emprendedores de clase mundial en el área de tecnología y alto conocimiento (como los nombres del primer punto). Sin embargo, ni los empresarios tradicionales ni los políticos en su mayoría les entienden, algunos apenas comienzan a desarrollar estrategias para capitalizar su potencial, pero en general ahí están esperando el momento para llevar a cabo esas ideas y proyectos.

Si al final con las actividades actuales existe gran riesgo de perder dinero, ¿por qué no seleccionar algunos proyectos con potencial, invertir en ellos y ver qué sucede? ¿Cuál es el riesgo?: perder dinero, que como sea existe. ¿Y cual es el beneficio?: poder ser parte del siguiente Bill Gates, Steve Jobs, etc., o bien de un gran deportista, artista, innovador, etc., logrando cada una de las cosas que he mencionado anteriormente: Dinero, Poder, Respeto, Calidad de Vida y Felicidad.

Obviamente si se presentan directamente con el dueño de la idea o proyecto no sería muy fácil generar la confianza suficiente, porque hablando abiertamente, pensaría que luego lo van a matar, y el gobierno buscaría utilizarlo para encontrar al narcotraficante... entonces sería necesario encontrar un formato de intermediario con el que tanto el dueño del proyecto como el narcotraficante minimicen los riesgos.

Seguramente por yo escribir y proponer esto más de una persona pensará que de plano he perdido la lucidez mental, pero creo que la única manera de desarrollarnos como una sociedad en conjunto es precisamente aceptando que todos somos parte de esa sociedad, y que tenemos qué ver cómo hacer en conjunto para cambiar las cosas, partiendo de la situación actual real y no de la falacia “debería ser diferente”. No puedo pensar en hacer bandos (los buenos y los malos), sino en ver qué se puede hacer sumando capacidades e intereses, para que al final todos salgamos ganando.

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